Crónicas


Padre ejemplar: trabaja en compania de su hija



Por: Maida Arteaga



Arcindo Coca García, de 50 años, trabaja como guardia en el condominio Bella Vista que queda en el centro de la ciudad. Desde hace dos años es guardia de seguridad en este edificio y va a trabajar todos los días con su pequeña niña de siete años, quien lo acompaña en la portería.


Arcindo es muy querido por todas las personas que viven allí, pero quien se ha ganado el corazón de todos es Alejandra, quien es tratada como un miembro más de la comunidad y visita los departamentos para jugar con los otros niños. Está en primero básico y va a su colegio en las tardes.




Con ojos llorosos y un poco nervioso, este abnegado padre cuenta su triste historia que tal vez podría ser una mas de las tantas que existen en la ciudad. Hablar de su niña lo hace sentir muy orgulloso por que ella es todo para él. La pequeña es muy inteligente porque a cada instante le esta haciendo preguntas y cada vez quiere saber más de la vida.


Con la voz entrecortada relata el trauma familiar que lo llevo a separarse de su esposa, pues ésta le había ocultado la existencia de un hijo mayor. Su familia no aceptó la relación y se separaron, quedando él a cargo de la menor. Por las noches es sereno y mientras cuida el edificio su niña duerme en la recepción, de vez en cuando da una mirada a ver si nada perturba su sueño angelical.


No pierde la esperanza de tener días mejores, su motivación es Alejandra y todo lo que hace es para darle un futuro mejor, según comenta. "No tengo dinero pero mi herencia será darle una buena educación", afirma esperanzado mientras lanza un suspiro conmovedor.


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Semblanza de una mujer luchadora



  

Por: Marilin R. Viana Flores



Lili Pinto de Natuch, tiene 77 años, cumplirá 78 el2 de diciembre. Mientras se dirige a la sala de su de departamento recuerda con nostalgia el nombre de sus padres, su niñez. Se sienta en su sillón, con el carisma y la amabilidad lo que la caracteriza y con una risa en el rostro, repite el nombre de sus progenitores: Dagoberto Pinto López y Flora Antelo de Pinto.
Recuerda su niñez como la época más bella de su vida porque la vivió al máximo y además era la consentida de sus padres. Por cosas de la vida abandono la carrera de medicina, ya que luego se caso, de su matrimonio tuvo tres hijas, quienes son su mayor orgullo. Ya casada decidió retomar sus estudios, entrando a la normal Enrique Finot en santa cruz.
Tras el abandono de su marido, tuvo que enfrentarse sola a la vida, sacando adelante a sus tres hijas trabajando de profesora y haciendo otras actividades extras como; tejer, pintar entre otras. En el trayecto de su vida tuvo que pasar más de una vez por operaciones las cuales solo quedan en el recuerdo. Luego de pasar por una vida dura, con mucho sacrificio y necesidades, hoy solo le queda descansar en su hogar, con lo que más le gusta hacer mirar la televisión y tomar su coca cola, pero sin descuidarse de las enfermedades que hoy le aqueja.

Ella recuerda haver, ha sido una niña sobresaliente en la época del colegio siempre fue la mejor alumna de su curso, nunca dejo que nadie le ganara en el estudio, también le gustaba recitar y declamar. Al salir bachiller su padre la mando a estudiar medicina en Cochabamba la cual no termino, tuvo que volverse a santa cruz al enterarse, que su padre había recibido un disparo y estaba grave en el hospital, quien luego falleció y lo recuerda con mucha tristeza.

A los 24 años, se caso con Carmelo Natuch, ya casada y con dos hijas entro a estudiar para profesora en la normal Enrique Finot en Santa Cruz, salió en la primera promoción de la normal. Su marido la abandono con su última hija en brazo, no quería saber nada de ella, con tristeza y lágrima en el rostro y con rabia se saco, el anillo y tirarlo al monte y juro no volver a mirar a otro hombre en su vida, y solo dedicarse a sus hijas para sacarla adelante.
Con mucho esfuerzo saco adelante a sus hijas, no conoció la palabra, enfermedad ya que se ponía a pensar que si se enfermaba quien cuidaría, de sus hijas y eso le preocupaba, aparte de su trabajo como profesora realizaba otros trabajos, en las vacaciones y en su casa se dedicaba a tejer o pintar cuadros o manteles para otras personas.

En la vida se pasa por muchos momentos tanto de alegría como de tristeza, pero en este caso Lili cuenta, como recupero a su hija María Nela que se la habían robado. La preocupación y la tristeza que tenia al pensar que no, ya que ya no vería más a su hija. La motivo, para mover a todo un pueblo para encontrarla, con foto en mano toco puerta por puerta ,preguntando si la habían visto, después de otras de búsqueda le informaron que la habían visto en la parada de bus; de inmediato se dirigió al lugar y logro recuperarla, antes que se la llevaran fuera del departamento.

Ella se ha sometido a mas de una operación; la primer operación a la que se sometió fue por una hernia , la segunda por hacer mucha fuerza también la operaron de otra hernia , su tercera fue por catarata en los ojos , la cuarta cuando le sacaron la matriz, su quinta operación fue por descenso de vejiga la cual se la tuvieron que suspender , la sexta fue por un accidente, que sufrió al caer de una bicicleta, salieron sus órganos internos y tuvo que ser intervenida de urgencias , la séptima y última operación fue después de pasar ocho mese en cama sin poder caminar ,la columna en el que tenia hernia de disco. A los 77 años que tiene sufre de algunas enfermedades, las cuales son, la presión alta, mal funcionamiento de los riñones, inflamación de los nervios y acido áurico.
Ella comenta sentirse, conforme con su vida porque se siente una “mujer triunfadora “por que pudo vencer todos, los obstáculos que se le presentaron en el trayecto de su vida, con valentía, esperanza y la puesta en Dios, saco a sus tres hijas adelante enseñándoles buenos principios; son trabajadoras y están casas con buenos hombres, son muy buenas hijas y se preocupan por su madre, están pendientes de ella de lo que necesita. Sobre todo le agradece a Dios por haberle dado tanto.
Esta historia es un ejemplo, que hay que tomar en cuenta, por demuestra la fortaleza, valentía el sacrificio que se tiene que hacer para salir a flote, aun que se presente mil obstáculo en el camino, hay que saber salir de ellos, y no decir no puedo sin hacer el intento. Porque cuando se quiere algo hay que luchar para conseguirlo. Pero aun si se tiene hijos o algún familiar que esté en manos nuestra.
Rosario lleva nueve años, cuidando a Lili. Empezó desde muy joven, todavía estando en el colegio; primero la acompañaba tres veces por semana, mientras transcurría los días llego a ganarse la confianza de sus hijas, que luego le pidieron que se quedara a trabajar en tiempo completo, ya que no quieran que su madre se quedara sola. El cariño y el afecto, que nació entre las dos, es muy grade. Ha pasado momentos tristes y alegres con ella, no se consideran empleada y patrona, son amigas.
La experiencia que tiene cuidando a persona de la tercera edad, puede comentar que las personas adulto mayor, necesitan mucho cariño, amor y paciencia; ellos necesitan hacerlos sentir que son útil, que todavía ase los necesitan para dar unos que otros consejos o quizás un abraso. La paciencia es muy importante ya que los ancianos, sin darse cuenta repiten la misma historia cuando quieren hablar de algo, hay que tratarlos con mucho respeto y hablarles con suavidad porque, vuelven a ser niños.
Con una risa en el rostro, comento que ella muchas veces busca la amanera de hacerla reír, o a veces la enoja. Pero no lo hace por maldad sino para hacerla sentir que está acompañada y que tiene personas que la quieren. Es importante resaltar que los adultos mayores son, personas que necesitan mucho de los jóvenes y viceversa, ya mucho que aprender de ellos.
“Cuando se encuentren con un anciano (a), trátenlo con respeto porque es la experiencia caminando”


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